domingo, 13 de junio de 2021

Los Jóvenes , el problema ?

 Por: Johnson Ortiz Parra


Tal como lo escribió Jesús Martín Barbero, necesitamos jóvenes problemáticos, para referirse al espacio que los muchachos de hoy, exigen oportunidades que les ha arrebatado el Estado y el sistema. 


Y así se demuestra con el paro nacional que está a punto de cumplir dos meses.

 Este no es un problema de hoy. Es una cuestión de vieja data que también nos tocó a quienes no fuimos capaces de levantar la mano y de hacernos sacar un ojo o morir por defender nuestros sueños.

Es una situación que nació y se sostiene con el sistema educativo, un Instrumento retrógrado, que a pesar de más de sus 120 años, aún impone metodologías y estudios para un país que avanzó y que hoy ve como esa juventud reclama cambios profundos que ni siquiera la mision de los sabios fue capaz de descifrar.

Eso no lo ha entendido Iván Duque, a pesar de ser, en edad, el presidente más joven, pero encerrado en la mentalidad de otro. Duque quién pasará a la historia por haberse convertido en el masacrador de una generación pensante, analítica y activa que reclama educación y oportunidades en igual de derechos, tendra que recurrir a la sabiduría de otros para responder a estos muchachos. 

No podemos olvidar que ellos hacen parte una población de 12 millones 672 mil 168   jóvenes quienes están entre los 14 a 28 años. Representan el 22,8% de la población total del pais. (5.552.703 son hombres y 5.437.565 mujeres)  y sin embargo todos tenemos los ojos cerrados frente a estos colombianos de a pie y por eso el levantamiento de lo que los medios hemos llamado la primera línea. De esa cifra casi 6 millones de jóvenes ni estudian, ni trabajan. Y si hablamos de cifras se ocupación de esta masa, de 10 jóvenes, sólo 3 logran ingresar a la fuerza laboral. 

Primera línea, referenciada  con el sinónimo de vandalista, comunista o mamerta o terrorista como la llama el gobierno y las fuerzas armadas. 

Esa posición no deja de ser simplista, errática y ciega. Se utiliza para tapar la incapacidad de un gobierno mentiroso y distractor y de un sistema perverso incapaz de preservar oportunidades a sus jóvenes para brindarles que hoy reclaman. 

Para quienes hemos tenido la oportunidad de orientar, trabajar y enseñar a varias generaciones de jóvenes, desde lo privado y lo público, hacemos eco a estas protestas y las validamos, porque sabemos que el sistema y el Estado han sido inferiores a las necesidades de nuestros jóvenes. 

Lo primero que se debe hacer, es modificar el obsoleto sistema educativo, repetitivo, represor y alejado de los cambios profundos. En lo que respecta a la educación básica está se debe extender, en los primeros grados, hasta sexto de primaria y que finalice en noveno grado para que debe paso a una técnica estructurada, afín a los problemas reales del país y del sector productivo. 

Aquí el SENA, que gasta casi 4 billones de pesos cada año, tiene que dejar de ser esa entidad derrochadora de  recursos en cursitos que no aportan nada y que sólo sirven para politiquiar o mostrar cifras que no concuerdan entre el número de capacitados y del número de colocados. Que por lo menos los 2. 1 billones que recibe del Estado, sean dedicados a una formación técnica profesional estructurada. 

El segundo paso, es la reestructuracion del PAE para que niños y jóvenes de las instituciones educativas públicas reciban una alimentación adecuada, balanceada y diaria. Y no la galleta dura y vencida o la fruta podrida o el arroz mal preparado, como sucede hoy. 

La violacion a este programa debe ser calificado como delito grave, pues quienes lo manejan, juegan con la vida de los niños y adolescentes y atentan contra el porvenir de una nación. 

Igualmente debe recuperarse en las Universidades públicas. De nada vale la matrícula cero y ceros en el estómago de un estudiante que recorre a diario kilómetros para llegar a pie hasta el aula universitaria. 

Esto ha pasado y sigue ocurriendo en el 2021. En lo que respecta a la alimentación en escuelas y colegios, esta  llega, únicamente, al 20% de los estudiantes. Educación con hambre, es una fórmula que no cuadra. 

Hay que volver a los restaurantes universitarios o a los comedores escolares, subsidiados por el Estado . 

Finalmente también hay que reestructurar el sistema de formación profesional, tema que deben abordar la academia, los jóvenes y el sector empresarial. 

Lo primero es responder a las demandas de los muchachos, hoy representados por la Primera Línea. No olvidemos que los "vándalos" de hoy será los gobernabtes del mañana. 

Entonces, el problema no son los jóvenes. 

Segui @johnsonortiz